Comunicado de Prensa 01-04-2011
Interrogado Inocencio Yáñez Vicencio, presidente de la Fundación Colosio en Veracruz, sobre la afirmación del Gobernador Javier Duarte de Ochoa, en el sentido de que las prácticas asistencialistas “no ayudan en nada a las personas que viven en la lacerante situación de la pobreza”, expresó que es un valiente juicio que muestra su voluntad de retornar el Estado al diseño social que vertebraron los revolucionarios y constituyentes mexicanos en 1917, dándonos el primer Estatuto Jurídico que elevaba los derechos sociales a rango constitucional, cuya voluntad de materializarlos lleva a sus promotores a organizarse en 1929 en el partido que vigilara su cumplimiento, cumplimiento que desde entonces se cuida que se haga con respeto a la dignidad de las personas, partiendo del reconocimiento de sus derechos a la educación, a la salud, a una buena alimentación, a la vivienda, al trabajo, a la tierra y a la igualdad social.
Cuando vemos que las zonas donde han llegado la mayor parte de los recursos asistencialistas en los últimos 100 años, son las de mayor atraso, no cabe duda de que la historia y la realidad confirman nuestra decisión de privilegiar la justicia social ante el asistencialismo, porque el asistencialismo reemplaza la iniciativa propia y destruye la autonomía.
Mientras que la tesis del Estado subsidiario del Partido Acción Nacional, con su concepción de un Estado de espaldas a la sociedad que solamente intervenga en los renglones que no sean rentables para el mercado, solamente ha sido capaz de generar tan sólo en la última crisis 5 millones más de pobres, pobres que seguramente piensa ver en las calles pidiendo caridad, que no solamente le sirven para expiar culpas sino también para manipularlos con programas que hoy son de alta rentabilidad electoral para la derecha.
El Estado Social de Derecho que enarbola el PRI, es un Estado profundamente comprometido con la lucha por la igualdad social, que no quiere que se sigan produciendo legiones de pobres que solamente sirven para abaratar más la mano de obra y tener en quien canjear falsas expectativas por votos.
El Plan Veracruzano de Desarrollo por eso plantea un Estado socialmente justo y económicamente eficaz, dispuesto a respetar realmente la dignidad de los ciudadanos y dotarle de los recursos para que concreten sus libertades formales y potencialicen todas sus facultades físicas y mentales.
En buena hora que Javier Duarte de Ochoa, tenga la determinación de buscar integrar nuestras zonas de atraso al desarrollo y progreso general para terminar con las grandes desigualdades regionales y sociales que tanto lastiman hoy a nuestra entidad.
A diferencia de quienes piensan que los pobres lo único que necesitan es caridad, el gobierno que encabeza Javier Duarte, sabe que el reclamo es de dignidad y de justicia social y que eso solamente se puede conseguir con la construcción de un Estado Social de Derecho.
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