Para ganar el próximo año la Presidencia de la República, el Partido Revolucionario Institucional está emplazado a resolver, por lo menos los siguientes pendientes:
1. Determinar cuál es su público. Dijera Beatriz Paredes (10 de febrero 2011) A quien queremos representar. Si un partido es como afirmara Sigmund Neumann, antes que otra cosa definido por su toma de partido, tenemos que delimitar qué capas sociales abanderamos por la sencilla razón de que como gobierno tenemos que administrar para todos pero como partido, siendo eso, una parte, no podemos pretender abarcar el todo porque cuando una porción se hace pasar por la totalidad se destruye el sistema y los partidos políticos solamente tienen razón de ser cuando son expresión de la pluralidad que caracteriza a una sociedad, de lo contrario si se partiera de una base monolítica no habría razón para la política ni menos para la existencia de partidos.
2. La construcción de un discurso coherente, sin ambigüedades y sin eufemismos. Sabiendo a quien nos queremos dirigir no será difícil ni articular el mensaje para esos sectores ni menos evadir nuestro compromiso con sus demandas.
3. Ser una opción de poder pero también una opción de nación. No se puede engañar a nadie. Para lograr las grandes transformaciones sociales necesitamos del poder político. Necesitamos ganarlo, pero no ganarlo a toda costa, necesitamos ganarlo convenciendo a la ciudadanía de que queremos el poder para un proyecto noble, libertario e igualitario.
4. Definir el Estado que queremos en relación al mercado, es decir, un Estado al servicio del mercado o un mercado regulado y con sentido social. No más plutocracia revestida de neutralidad.
5. Se conforma con una libertad simplemente como ámbito de no intromisión o es capaz de ir por una libertad como autodeterminación, autogobierno, libertad como no dominación, como capacidad de determinar los asuntos públicos.
6. Lucha por una igualdad solamente ante la ley o quiere una igualdad material, que haga posible el ejercicio de un concepto de justicia republicano.
7. Debe pronunciarse si quiere seguir el camino de una democracia estrictamente liberal o recuperar lo mejor del republicanismo, hacer de la discusión un método para la toma de decisiones.
8. Necesita definir las virtudes cívicas de participación, de preferir el interés público al interés privado, de liberación, intereses imparciales, una voluntad general por construirse, una disposición a cambiar de juicios, un autogobierno en la elección y en la toma de decisiones, una legislación determinada por sus destinatarios, una libertad que permita la corrección de inequidades, una igualdad de resultados, una justicia lograda en la confrontación de visiones, una opinión pública libre, una educación sin dogmas
9. Tiene que decidir si habrá de ser un partido guía o que buscando complacer a todos termine por no complacer a nadie.
10. Buscar que ni limitaciones contramayoritarias, ni poderes fácticos ni derechos sacros se sustraigan a la democracia deliberativa.
1. Determinar cuál es su público. Dijera Beatriz Paredes (10 de febrero 2011) A quien queremos representar. Si un partido es como afirmara Sigmund Neumann, antes que otra cosa definido por su toma de partido, tenemos que delimitar qué capas sociales abanderamos por la sencilla razón de que como gobierno tenemos que administrar para todos pero como partido, siendo eso, una parte, no podemos pretender abarcar el todo porque cuando una porción se hace pasar por la totalidad se destruye el sistema y los partidos políticos solamente tienen razón de ser cuando son expresión de la pluralidad que caracteriza a una sociedad, de lo contrario si se partiera de una base monolítica no habría razón para la política ni menos para la existencia de partidos.
2. La construcción de un discurso coherente, sin ambigüedades y sin eufemismos. Sabiendo a quien nos queremos dirigir no será difícil ni articular el mensaje para esos sectores ni menos evadir nuestro compromiso con sus demandas.
3. Ser una opción de poder pero también una opción de nación. No se puede engañar a nadie. Para lograr las grandes transformaciones sociales necesitamos del poder político. Necesitamos ganarlo, pero no ganarlo a toda costa, necesitamos ganarlo convenciendo a la ciudadanía de que queremos el poder para un proyecto noble, libertario e igualitario.
4. Definir el Estado que queremos en relación al mercado, es decir, un Estado al servicio del mercado o un mercado regulado y con sentido social. No más plutocracia revestida de neutralidad.
5. Se conforma con una libertad simplemente como ámbito de no intromisión o es capaz de ir por una libertad como autodeterminación, autogobierno, libertad como no dominación, como capacidad de determinar los asuntos públicos.
6. Lucha por una igualdad solamente ante la ley o quiere una igualdad material, que haga posible el ejercicio de un concepto de justicia republicano.
7. Debe pronunciarse si quiere seguir el camino de una democracia estrictamente liberal o recuperar lo mejor del republicanismo, hacer de la discusión un método para la toma de decisiones.
8. Necesita definir las virtudes cívicas de participación, de preferir el interés público al interés privado, de liberación, intereses imparciales, una voluntad general por construirse, una disposición a cambiar de juicios, un autogobierno en la elección y en la toma de decisiones, una legislación determinada por sus destinatarios, una libertad que permita la corrección de inequidades, una igualdad de resultados, una justicia lograda en la confrontación de visiones, una opinión pública libre, una educación sin dogmas
9. Tiene que decidir si habrá de ser un partido guía o que buscando complacer a todos termine por no complacer a nadie.
10. Buscar que ni limitaciones contramayoritarias, ni poderes fácticos ni derechos sacros se sustraigan a la democracia deliberativa.
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