Entrevistado Inocencio Yáñez Vicencio, presidente de la Fundación Colosio en Veracruz, sobre el supuesto fraude que la FEPADE descubrió en las pasadas elecciones, en contra del fallido aspirante a la presidencia municipal de Boca del Río, Humberto Alonso Morelli, dijo que es muy lamentable que en su afán de destruir a sus adversarios, el PAN utilice el aparato del Estado, y en este caso particular, a la Fiscalía Especializada Para la Atención en Delitos Electorales de la PGR, para tratar de golpear una vez más al PRI y querer dañar la imagen de Salvador Manzur, por su promisoria carrera política, cuando bueno sería que en lugar de andar buscando la paja en el ojo ajeno nos dieran cuenta de los graves señalamientos que acaba de hacer el notario Miguel Ángel Campos Echeverría, militante distinguido del blanquiazul en contra de Marco Antonio Núñez, por la forma antidemocrática en que lo designaron secretario general y sus antecedentes delictivos, entre los que destaca la venta que ha hecho de candidaturas, con lo cual demuestran no solamente estar desesperados ante los escándalos de corrupción de Pemex, del ISSSTE, del Seguro Social, de la Secretaria de Educación Pública, que de alguna manera involucran a sus principales aspirantes a la Presidencia de la República y que quieren minimizar con actos distractores, como una deuda que ni remotamente tiene el impacto de la deuda federal y ahora con el supuesto descubrimiento de la FEPADE, donde bien sabemos son juez y parte de un instrumento del Gobierno Federal que gracias a maniobras ilegales que quedaron impunes tienen en su poder, dejando muy claro que quieren que el PRI compita pero no gane, aunque para ello pongan en entredicho la imparcialidad de las instituciones y en riesgo la estabilidad del país.
22 jul 2011
21 jul 2011
Las asignaturas pendientes del PRI
Para ganar el próximo año la Presidencia de la República, el Partido Revolucionario Institucional está emplazado a resolver, por lo menos los siguientes pendientes:
1. Determinar cuál es su público. Dijera Beatriz Paredes (10 de febrero 2011) A quien queremos representar. Si un partido es como afirmara Sigmund Neumann, antes que otra cosa definido por su toma de partido, tenemos que delimitar qué capas sociales abanderamos por la sencilla razón de que como gobierno tenemos que administrar para todos pero como partido, siendo eso, una parte, no podemos pretender abarcar el todo porque cuando una porción se hace pasar por la totalidad se destruye el sistema y los partidos políticos solamente tienen razón de ser cuando son expresión de la pluralidad que caracteriza a una sociedad, de lo contrario si se partiera de una base monolítica no habría razón para la política ni menos para la existencia de partidos.
2. La construcción de un discurso coherente, sin ambigüedades y sin eufemismos. Sabiendo a quien nos queremos dirigir no será difícil ni articular el mensaje para esos sectores ni menos evadir nuestro compromiso con sus demandas.
3. Ser una opción de poder pero también una opción de nación. No se puede engañar a nadie. Para lograr las grandes transformaciones sociales necesitamos del poder político. Necesitamos ganarlo, pero no ganarlo a toda costa, necesitamos ganarlo convenciendo a la ciudadanía de que queremos el poder para un proyecto noble, libertario e igualitario.
4. Definir el Estado que queremos en relación al mercado, es decir, un Estado al servicio del mercado o un mercado regulado y con sentido social. No más plutocracia revestida de neutralidad.
5. Se conforma con una libertad simplemente como ámbito de no intromisión o es capaz de ir por una libertad como autodeterminación, autogobierno, libertad como no dominación, como capacidad de determinar los asuntos públicos.
6. Lucha por una igualdad solamente ante la ley o quiere una igualdad material, que haga posible el ejercicio de un concepto de justicia republicano.
7. Debe pronunciarse si quiere seguir el camino de una democracia estrictamente liberal o recuperar lo mejor del republicanismo, hacer de la discusión un método para la toma de decisiones.
8. Necesita definir las virtudes cívicas de participación, de preferir el interés público al interés privado, de liberación, intereses imparciales, una voluntad general por construirse, una disposición a cambiar de juicios, un autogobierno en la elección y en la toma de decisiones, una legislación determinada por sus destinatarios, una libertad que permita la corrección de inequidades, una igualdad de resultados, una justicia lograda en la confrontación de visiones, una opinión pública libre, una educación sin dogmas
9. Tiene que decidir si habrá de ser un partido guía o que buscando complacer a todos termine por no complacer a nadie.
10. Buscar que ni limitaciones contramayoritarias, ni poderes fácticos ni derechos sacros se sustraigan a la democracia deliberativa.
1. Determinar cuál es su público. Dijera Beatriz Paredes (10 de febrero 2011) A quien queremos representar. Si un partido es como afirmara Sigmund Neumann, antes que otra cosa definido por su toma de partido, tenemos que delimitar qué capas sociales abanderamos por la sencilla razón de que como gobierno tenemos que administrar para todos pero como partido, siendo eso, una parte, no podemos pretender abarcar el todo porque cuando una porción se hace pasar por la totalidad se destruye el sistema y los partidos políticos solamente tienen razón de ser cuando son expresión de la pluralidad que caracteriza a una sociedad, de lo contrario si se partiera de una base monolítica no habría razón para la política ni menos para la existencia de partidos.
2. La construcción de un discurso coherente, sin ambigüedades y sin eufemismos. Sabiendo a quien nos queremos dirigir no será difícil ni articular el mensaje para esos sectores ni menos evadir nuestro compromiso con sus demandas.
3. Ser una opción de poder pero también una opción de nación. No se puede engañar a nadie. Para lograr las grandes transformaciones sociales necesitamos del poder político. Necesitamos ganarlo, pero no ganarlo a toda costa, necesitamos ganarlo convenciendo a la ciudadanía de que queremos el poder para un proyecto noble, libertario e igualitario.
4. Definir el Estado que queremos en relación al mercado, es decir, un Estado al servicio del mercado o un mercado regulado y con sentido social. No más plutocracia revestida de neutralidad.
5. Se conforma con una libertad simplemente como ámbito de no intromisión o es capaz de ir por una libertad como autodeterminación, autogobierno, libertad como no dominación, como capacidad de determinar los asuntos públicos.
6. Lucha por una igualdad solamente ante la ley o quiere una igualdad material, que haga posible el ejercicio de un concepto de justicia republicano.
7. Debe pronunciarse si quiere seguir el camino de una democracia estrictamente liberal o recuperar lo mejor del republicanismo, hacer de la discusión un método para la toma de decisiones.
8. Necesita definir las virtudes cívicas de participación, de preferir el interés público al interés privado, de liberación, intereses imparciales, una voluntad general por construirse, una disposición a cambiar de juicios, un autogobierno en la elección y en la toma de decisiones, una legislación determinada por sus destinatarios, una libertad que permita la corrección de inequidades, una igualdad de resultados, una justicia lograda en la confrontación de visiones, una opinión pública libre, una educación sin dogmas
9. Tiene que decidir si habrá de ser un partido guía o que buscando complacer a todos termine por no complacer a nadie.
10. Buscar que ni limitaciones contramayoritarias, ni poderes fácticos ni derechos sacros se sustraigan a la democracia deliberativa.
14 jul 2011
La Política y la Antipolítica.
Grave error ha sido pretender vaciar la política de su contenido. Si así fuera estaríamos ante una práctica que justificara tanto lo más sublime como lo más monstruoso. No en vano el pensamiento político se ha centrado desde sus orígenes en la búsqueda de la mejor forma de gobierno. Los griegos entendieron la política como el arte de administrar bien una ciudad. Aristóteles, abre la obra que lleva este rótulo diciendo que es la ciudad la que hace al hombre y no éste la que hace aquella. La política nació teniendo como eje el interés general, cualquier otro propósito la desnaturaliza. Max Weber, al hacer girar la política en torno del poder, que si bien es cierto solamente un lunático puede decir que las grandes transformaciones que se propone la política podría realizarlas sin el empleo del poder, también es cierto que la política es mucho más que eso y que al reducirla a su principal instrumento, hace de ella un vil instrumento, es decir, que sirve para todo, no escapando de la jaula instrumentalista ni siquiera porque ese poder sea aceptado, sea legítimo, porque no debemos olvidar que podría venir de una aclamación, de una negociación o de una votación, como la que ganó Hitler, que como bien dice Hannah Arendt, mucho supo de la persecución y exterminio nazi, la política, como acción, como cosa exterior al hombre, solo se explica como ámbito de la libertad.
Quienes conciben la política únicamente como asignación autoritaria de riqueza y de valores, también quedan atrapados en una concepción instrumentalista, como es el caso de la ciencia política norteamericana que es limitada a funciones predominantemente legitimistas del gran capital que la patrocina. La versión que tiene la política como un medio para expresar la diversidad, es un enfoque avanzado pero que tiene que ver con una tolerancia fisiocrática, de dejar hacer dejar pasar.
Desde mi punto de vista, el enfoque más consecuente para identificar política y libertad, es el que tiene que ver con la república deliberativa, con la deliberación republicana, esto es, con la confrontación imparcial de juicios por construir en el debate, lo cual exige, que no sean dados y si nuestro morral este cargado de ellos, exista la disposición de cambiarlos, imponiendo respeto por el contrario, lo que no quiere decir que lo ignoremos o que salgamos con que todos los juicios son iguales y como tales deben de ser respetados, porque esto último haría innecesario el diálogo y la política, porque la política parte de la diferencia, sin ella no habría política, pero la política deliberativa tiene como principal propósito producir los mejores acuerdos para la sociedad y ellos solamente se logran respetando a los diferentes, dándoles el lugar para que, mediante los argumentos más sólidos, puedan sobresalir, para que como bien lo dijera J. Habermas: impere la coacción argumentativa, que no es otra cosa que triunfe el mejor argumento.
Cuando se busca el interés particular, saciar bolsillos, beneficiar amigos, pagar favores electorales, ayudar a la familia a través del poder público, realizar alianzas oportunistas, la razón de estado, poner el poder político a favor de una persona o un grupo particular, premiar incondicionales, no se hace política, porque para hacer política no basta con declarar que lo que hacemos es política, debe pasar la prueba de servir y estar al servicio del interés general, lo demás es antipolítica.
Quienes conciben la política únicamente como asignación autoritaria de riqueza y de valores, también quedan atrapados en una concepción instrumentalista, como es el caso de la ciencia política norteamericana que es limitada a funciones predominantemente legitimistas del gran capital que la patrocina. La versión que tiene la política como un medio para expresar la diversidad, es un enfoque avanzado pero que tiene que ver con una tolerancia fisiocrática, de dejar hacer dejar pasar.
Desde mi punto de vista, el enfoque más consecuente para identificar política y libertad, es el que tiene que ver con la república deliberativa, con la deliberación republicana, esto es, con la confrontación imparcial de juicios por construir en el debate, lo cual exige, que no sean dados y si nuestro morral este cargado de ellos, exista la disposición de cambiarlos, imponiendo respeto por el contrario, lo que no quiere decir que lo ignoremos o que salgamos con que todos los juicios son iguales y como tales deben de ser respetados, porque esto último haría innecesario el diálogo y la política, porque la política parte de la diferencia, sin ella no habría política, pero la política deliberativa tiene como principal propósito producir los mejores acuerdos para la sociedad y ellos solamente se logran respetando a los diferentes, dándoles el lugar para que, mediante los argumentos más sólidos, puedan sobresalir, para que como bien lo dijera J. Habermas: impere la coacción argumentativa, que no es otra cosa que triunfe el mejor argumento.
Cuando se busca el interés particular, saciar bolsillos, beneficiar amigos, pagar favores electorales, ayudar a la familia a través del poder público, realizar alianzas oportunistas, la razón de estado, poner el poder político a favor de una persona o un grupo particular, premiar incondicionales, no se hace política, porque para hacer política no basta con declarar que lo que hacemos es política, debe pasar la prueba de servir y estar al servicio del interés general, lo demás es antipolítica.
7 jul 2011
La encrucijada del PRI.
Los triunfos que el pasado domingo 3 de julio obtuvo el PRI en Coahuila, el Estado de México y Nayarit, para que no se pierda ganando, necesitan tomarse con mucha humildad y mirando y ponderando correctamente los obstáculos que se tendrán para llegar a julio de 2012 y los escenarios posibles para esa elección. En primer lugar no oír el canto de las sirenas, no subestimar adversarios y menos dejarse abrumar por espejismos.
El PRI enfrenta no solamente el discurso descalificador de los partidos con los cuales compite, también enfrenta el discurso de los intelectuales orgánicos tanto de la ultraderecha como de quienes han lucrado en los últimos años con el rótulo de una izquierda cavernícola. El triunfo de la derecha siempre ha sido a base de hacer pasar sus intereses sectarios por los intereses generales, en tanto que de quienes se hacen llamar a sí mismos como de izquierda viven del testimonialismo y el mesianismo capaz de levantar las más nobles esperanzas a base de ofrecer todo sabiendo que no va a lograr nada. Urge una estrategia para enfrentar los aparatos materiales e ideológicos de un Estado sectario.
El proceso electoral que tendrá su jornada estelar el próximo 1 de julio de 2012, deberá ser una cruzada para que la ciudadanía tome conciencia de las desastrosas administraciones de estos 2 sexenios que han llevado a México a una quiebra económica, social, política, legal y moral, que urge llevar a cabo las reformas necesarias para no seguir expuestos a personajes mediocres e irresponsables como han sido los casos de Vicente Fox y Felipe Calderón que habiendo tenido la fortuna de que los precios del petróleo alcanzara los precios más altos de su historia, que en el 2000 con unos ingresos petroleros que apenas reportaron por arriba del 6% del PIB, el año pasado llegaron a un 7.4%, lo que hace otros 1.4 puntos adicionales de ingresos para el sector público que se traducen en 200 mil millones, esto es, el sector público mexicano cuenta anualmente con 525 mil millones de pesos más de los que obtenía en el año 2000; hace inexplicable que la deuda del sector público haya pasado de un monto en el 2000 de menos de 2 billones a 4.8 billones de pesos que implica que tengamos una devaluación aplazada que estallará en el momento en que tengamos que hacer frente a los compromisos internacionales, porque no servirán para nada las reservas del Banco de México y tendremos que acudir al manido recurso de regalar nuestras mercancías a precios irrisorios a fin de obtener las divisas que nos demandarán los pagos tanto del exterior como del interior. Paradoja que solamente la explica el mal manejo de los compromisos financieros y que los créditos solamente se han obtenido para enfrentar el déficit presupuestario y el gasto corriente, así como la corrupción en PEMEX, el IMSS, el ISSSTE y demás áreas del sector público.
El PRI debe ser capaz de convertir su propuesta en esperanza de los mexicanos para enfrentar la herencia maldita de los panistas, renegociar la deuda para hacerla pagadera, restablecer la paz para crecer y abatir las grandes desigualdades que nos agobian. Para llegar al poder necesita votos pero para transformar el actual estado de cosas necesita del apoyo popular y eso solamente lo tendrá con un discurso comprometido con los que menos tienen.
El PRI enfrenta no solamente el discurso descalificador de los partidos con los cuales compite, también enfrenta el discurso de los intelectuales orgánicos tanto de la ultraderecha como de quienes han lucrado en los últimos años con el rótulo de una izquierda cavernícola. El triunfo de la derecha siempre ha sido a base de hacer pasar sus intereses sectarios por los intereses generales, en tanto que de quienes se hacen llamar a sí mismos como de izquierda viven del testimonialismo y el mesianismo capaz de levantar las más nobles esperanzas a base de ofrecer todo sabiendo que no va a lograr nada. Urge una estrategia para enfrentar los aparatos materiales e ideológicos de un Estado sectario.
El proceso electoral que tendrá su jornada estelar el próximo 1 de julio de 2012, deberá ser una cruzada para que la ciudadanía tome conciencia de las desastrosas administraciones de estos 2 sexenios que han llevado a México a una quiebra económica, social, política, legal y moral, que urge llevar a cabo las reformas necesarias para no seguir expuestos a personajes mediocres e irresponsables como han sido los casos de Vicente Fox y Felipe Calderón que habiendo tenido la fortuna de que los precios del petróleo alcanzara los precios más altos de su historia, que en el 2000 con unos ingresos petroleros que apenas reportaron por arriba del 6% del PIB, el año pasado llegaron a un 7.4%, lo que hace otros 1.4 puntos adicionales de ingresos para el sector público que se traducen en 200 mil millones, esto es, el sector público mexicano cuenta anualmente con 525 mil millones de pesos más de los que obtenía en el año 2000; hace inexplicable que la deuda del sector público haya pasado de un monto en el 2000 de menos de 2 billones a 4.8 billones de pesos que implica que tengamos una devaluación aplazada que estallará en el momento en que tengamos que hacer frente a los compromisos internacionales, porque no servirán para nada las reservas del Banco de México y tendremos que acudir al manido recurso de regalar nuestras mercancías a precios irrisorios a fin de obtener las divisas que nos demandarán los pagos tanto del exterior como del interior. Paradoja que solamente la explica el mal manejo de los compromisos financieros y que los créditos solamente se han obtenido para enfrentar el déficit presupuestario y el gasto corriente, así como la corrupción en PEMEX, el IMSS, el ISSSTE y demás áreas del sector público.
El PRI debe ser capaz de convertir su propuesta en esperanza de los mexicanos para enfrentar la herencia maldita de los panistas, renegociar la deuda para hacerla pagadera, restablecer la paz para crecer y abatir las grandes desigualdades que nos agobian. Para llegar al poder necesita votos pero para transformar el actual estado de cosas necesita del apoyo popular y eso solamente lo tendrá con un discurso comprometido con los que menos tienen.
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