2 feb 2010

GÓMEZ MONT, EXHIBE LAS DEBILIDADES DEL PAN

Comunicado de Prensa
01 de Febrero de 2010
Al finalizar la conferencia de Vicente Hernández, organizada por Edgar Hernández y Juan de Dios Sánchez, presidente de la Fundación Colosio y presidente de CDM en Coatzacoalcos respectivamente, el domingo pasado, Inocencio Yañez Vicencio, reiteró tajantemente que Felipe Calderón sólo busca despojar al Congreso de sus potestades legislativas y erigirse en un presidente omnímodo con los últimos 2 puntos de su propuesta de Reforma Política, y los primeros 8, con el pretexto de favorecer a la ciudadanía, que en realidad le será cercenado su derecho a votar, con las alianzas que bajo el pretexto de borrar al PRI, están llevando a cabo el PAN y el PRD en algunos estados, ya que al enviar al cesto de la basura su ideología, el electorado conserva su derecho a cambiar al personal gobernante pero le cancelan el derecho a elegir un nuevo rumbo de la política.
Puntualizó el dirigente colosista que en verdad no tienen autoridad moral los Panistas al atiborrarnos de mensajes, diciendo por una parte que su propuesta de Reforma Política tiene como propósito fortalecer el poder ciudadano, cuando ahora mismo vemos que el secretario de Gobernación ha venido a dar línea a favor de un candidato, despojando a los militantes de su partido de sus derechos ciudadanos a decidir sus asuntos fundamentales, tratándolos como menores de edad convirtiéndolos de esa manera en simples súbditos.
Para nosotros está claro que el PAN en Veracruz sabe que no va a ganar, pero con Miguel Ángel Yunes, buscará la exclusividad de la nota roja para judicializar el proceso, con la pretensión de que si no puede distorsionar la voluntad de los veracruzanos en las urnas harán hasta lo imposible por distorsionar esa voluntad en los tribunales.
En realidad Fernando Gómez Mont, vino a levantar la mano del director del ISSSTE y no a promover una reforma que está destinada al fracaso, por su esencia autoritaria y significar una engañifa para la ciudadanía, ya que deja intacta la lucha del poder por el poder de algunos partidos y no hace nada para que estos vuelvan a ser opciones de cambio.
Una Reforma Política que nada hace por acabar con el transfugismo, por impedir que partidos postulen desechos de otros; que nada hace porque los representantes sean representantes del interés general y no de la venganza y el odio, no merece ni siquiera que se ponga como cortina para enviar asegundo plano los problemas de seguridad pública, los problemas de la crisis económica, los problemas de la inversión y el empleo.

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